Sala de Prensa
¡Es el momento de pensar en tu fiscalidad!
06/11/2018
A diferencia de otras alternativas de inversión que en la actualidad se presentan, la posibilidad de invertir en energía solar es una actividad industrial que permite al ciudadano obtener una buena rentabilidad (en la actualidad, el marco normativo la establece en el entorno del 7,5% anual) y además, interesantes ventajas fiscales.
Dichos beneficios fiscales, que se obtienen fundamentalmente por la amortización contable del activo durante los diez primeros años de la actividad, van a permitir al contribuyente unos mayores ingresos económicos y un mejor resultado en su declaración de la renta o impuesto de sociedades.
Adicionalmente a la amortización contable del activo, el inversor en energía solar también puede deducirse todos los gastos que anualmente haya tenido por el ejercicio de la actividad de producción de energía: mantenimiento de la planta solar, su aseguramiento, alquiler de la superficie, etc.
Para aquellas personas que optan por invertir en la compra de instalaciones solares con una financiación bancaria, el beneficio es mayor: el desembolso inicial para materializar la inversión es menor, la rentabilidad aumenta y los intereses del préstamo bancario también pueden ser deducidos como un gasto más.
Todo ello sin perder de vista que la inversión en energía solar inicia al ciudadano en una actividad de generación eléctrica a través de fuentes renovables y en el ejercicio de una inversión responsable con la sociedad y el medio ambiente.